En Gran Bretaña se comenzó a
comercializar, en el año 1967, un parcializador automático para el radiador de
un determinado automóvil. Dicho parcializador consistía en una serie de aletas
de aleación de aluminio, que estaban sujetas por bocas de nilón y abrazaderas.
Todo montado en un bastidor de acero estampado y ubicado por delante del
radiador de agua de un automóvil.