sábado, 3 de junio de 2017

Rolls-Royce Silver Shadow convertible

Tengo un Rolls-Royce y no miento al realizar semejante aseveración. Claro que debería decir que es en la escala 1:64 de mis amados Matchbox de la infancia. Es un ejemplar más de los “autitos de colección” de mi infancia. Pero soy el feliz poseedor de un Rolls-Royce azul metalizado.


Dos particularidades del Rolls-Royce Silver Shadow convertible de Matchbox: tiene gancho de remolque y se abre la tapa del baúl. No hubo muchas piezas en el catálogo de Lesney Products & Co. Ltd., en la época que era chico, con aperturas de puertas, capot o baúles.


Incluso algunos modelos que supieron tener algún tipo de apertura la perdieron con el paso de los sucesivos años y catálogos. En el caso de mi Rolls-Royce tiene una de las bisagras rotas. Nada grave que se soluciona con algún pegamento del siglo XXI. Pero por ahora la pieza luce en estado original.


Como la caja de cartón con la que llegó a mis manos de la Librería San Agustín en la misma manzana de donde estaba mi casa de la infancia. Donde en la mesa libro de formica jugaba a imaginar situaciones salidas de mi mente. Horas en las tardes jugando con los Matchbox.


El Rolls-Royce tiene horas de juego sobre su carrocería y para esos están las cachaduras en su pintura para testimoniarlas. Nada que desluzca demasiado la pieza. Pero señal que este “autito de colección” brindó su encanto en esos juegos infantiles.


Imagino que por solo ser de la famosa marca británica, y convertible, le daba un plus como pieza de esa colección infantil. Siempre, cuando era un chico, imaginaba un Rolls-Royce serio de color oscuro de cuatro puertas y con techo.


Nada menos parecido a este Rolls-Royce Silver Shadow de la serie Superfast con un color azul eléctrico metalizado y llantas deportivas. Listo para ser lanzado por las pistas de plástico amarillo cual bólido. Desde el mismo dibujo de la caja de cartón llamaba a esa situación.


Que estuvo jugado este Rolls-Royce lo demuestra el desgaste de la ruedas. Pero en su defensa puedo decir que llegó bastante entero hasta la actualidad. Luego de descansar por décadas, al menos tres, en su caja de cartón original a modo de garaje.


Es otra de las piezas del catálogo de Matchbox con enganche. Un día voy a tomarme el trabajo de contabilizar todos “autitos de colección” que tienen enganche para remolcar algo. Son varios según recuerdo. En este caso la pieza plástica de color naranja también hace las veces del interior del Rolls-Royce.


Según consta en el chasis negro de este Matchbox era la pieza 69 del catálogo correspondiente al año 1969. Cada año la empresa británica Lesney Products & Co. Ltd. renovaba los modelos presentados. Con cambios en la pieza o en los colores de sus carrocerías y a veces incorporando nuevos modelos.


La llegada de la serie Superfast cambió radicalmente el comportamiento de los Matchbox. Salían literalmente disparados si estaban en una superficie lisa. Por ejemplo los mosaicos negros con manchas blancas del comedor de mi casa. Porque hacer lo mismo sobre la mesa libro de formica negra era una mala idea.


Lo más probable que el Matchbox cayera desde una altura de, más o menos, un metro. Con los consiguientes daños en su carrocería o partes de plástico. Las veces que los hice correr fue en piso de mi casa. Y había que atajarlos porque salían a una velocidad increíble.


Lo ideal eran las pistas plásticas de color amarillo que traían lanzador y hasta un “loop”, o rulo. Pero el tamaño de las pistas y el espacio en casa no eran compatibles. Tanto que una vez mi padre se apareció con una pero armar y desarmarla, para guardarla, después de jugar no era negocio. Menos viviendo en el lugar que me tocó en la infancia.


La casa donde morábamos era la vivienda de trabajo de mis padres. Donde mi madre era cocinera y mi padre chofer. Así que el lujo de la pista de Matchbox duró un ratito. Pero al menos la puede probar de chico y sentir esa sensación de velocidad en los Matchbox. Hubo otra pista eléctrica, pero eso ya era un escalón muy alto…


Según reza en el chasis negro de la pieza número 69 el modelo se llamaba Rolls-Royce Silver Shadow Coupe. Así que estimo que tendría entre 9 o 10 años cuando este autito británico llegó a mis tiernas manos. De ahí a jugar un solo paso.


Nuevamente acudo a los coleccionistas de Matchbox, que hay y muchos en Argentina. La pregunta que me persigue desde la infancia es, ¿qué significa la letra “A” encerrada entre paréntesis en el chasis del Rolls-Royce Silver Shadow? No es la única pieza que la tenía en su parte baja.


Este es el segundo convertible que conocimos en esta sección “Garaje Miniatura” de los Matchbox de mi infancia. El anterior fue una cupé Mercedes-Benz 230 SL de color blanco que se le abrían las puertas. Era la pieza número 27 del catálogo de Lesney Products & Co. Ltd. Aunque es una pieza anterior a la serie Superfast.


Esa cupé Mercedes-Benz 230 SL comparte con la cupé Rolls-Royce Silver Shadow el gancho de remolque. Ahí ya tenemos dos piezas para ese listado de Matchbox con enganche de mi infancia. Y si no recuerdo mal no son las únicas cupés que lo tenían.


Para los que tengan ganas de ver todos los “autitos de colección” del “Garaje Miniatura”, les dejo el enlace con la página donde están todas las notas publicadas hasta la fecha:


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Mauricio Uldane
Editor de Archivo de autos

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