sábado, 6 de mayo de 2017

Opel Diplomat de Matchbox

No sé si conocí primero al Opel Diplomat de Matchbox, en mis manos cuando me lo regalaron, o a través de la revista Automundo que compraba todas las semanas mi padre. Lo cierto que para mí era una figura reconocible. Otra parte del entrenamiento fierrero de mi infancia.



Es uno de los pocos “autitos de colección” de mis amados Matchbox que su capot se abre y nos deja ver el vano motor. En este caso un motor de 8 cilindros en V. El Opel Diplomat era un automóvil de lujo y alta gama en la década del sesenta en Alemania.


Eso era lo bueno que tenían los Matchbox de hace 50 años en el pasado, nos hacían conocer, a los chicos de entonces, autos, camionetas y camiones de Europa y algunos de Estados Unidos. Era como abrir una ventana al mundo del automovilismo.


Claro que no eran autos a escala pensados para un coleccionista sino para que los chicos jugaran. Pero que pudieran jugar con algo lo más parecido a la realidad de las calles de alguna parte del mundo. Y eso era mucho para nuestra infancia.


El Opel Diplomat está bien conservado pese a las décadas que está conmigo. Seguro que fue otro de los “autitos de colección” que llegó desde la Librería San Agustín a la vuelta de mi casa. Esa que quedaba en la misma manzana pegadita a la estación de servicio Esso.


También es otro de los Matchbox que tiene gancho para remolque, algo desproporcionado en su tamaño. Pero a la hora de jugar no era algo que nos molestara en los años sesenta. Todo lo contrario era un poco más de diversión asegurada.


En eso la imaginación siempre nos daba una mano y los remolques del catálogo de Lesney Products & Co. Ltd. hacían el resto de nuestros juegos. Juegos que en mi caso tenían como centro de divertimento la mesa libro, de formica blanca con manchas negras, del comedor de mi casa de la infancia.


Otra particularidad de este Opel Diplomat es su pintura metalizada. No era nada habitual de ver en automóviles argentinos ese tipo de pintura a mediados de la década del sesenta. Esos detalles sumaban puntos para los que éramos chicos en esos años.


La pieza está en muy buenas condiciones con pequeñísimos detalles en su pintura. Hasta el capot abre perfectamente y se queda solo abierto, tal como se aprecia en las fotografías que ilustran esta nota de la sección “Garaje Miniatura”.


Este Opel Diplomat seguramente me lo regalaron entre 1967 y 1968. No lo recuerdo con precisión. Sí, que fue antes del año 1969 cuando se lanzó la serie Superfast. También hubo una versión de este modelo de Matchbox.


La caja de cartón original es su garaje natural desde que llegó a mis manos hasta la fecha. Esas cajas son parte del encanto de los “autitos de colección” de mi infancia. Algunas no están, pero sí la mayoría porque les hice caso a mis padres y las preservé.


Como el cuidado de estos Matchbox que cada sábado les muestro cuando se abren las puertas del “Garaje Miniatura”. Es repasar la infancia, no con nostalgia, sino como parte importante en el crecimiento. Ese crecimiento que sirvió para conocer muchos autos.


Algunos de los cuales ahora les puedo mostrar en las notas diarias de Archivo de autos, y no hablo de los “autitos de colección” de mi infancia. Hablo de esas otras imágenes que salen de mi archivo de datos. Ese archivo existe gracias a esos Matchbox. Pero eso lo descubrí con el correr de las décadas.


Para los que tengan ganas de ver todos los “autitos de colección” del “Garaje Miniatura”, les dejo el enlace con la página donde están todas las notas publicadas hasta la fecha:


Mauricio Uldane
Editor de Archivo de autos

Archivo de autos tiene Internet propia financiada por sus seguidores y por publicidad en este blog.

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