martes, 31 de mayo de 2016

La sombra de plata de Rolls-Royce

Con la idea de modernizar sus automóviles de prestigio y lujo, la empresa Rolls-Royce Ltd., presenta a finales del año 1965 el modelo Silver Shadow (sombra de plata). Su primer automóvil con carrocería autoportante y más chico en tamaño.

Rolls-Royce Silver Shadow presentado a finales del año 1965 en París, Francia.

El Rolls-Royce Silver Shadow fue presentado oficialmente en el Pré Catelan de la ciudad de París, antes del Salón de Automóvil en la misma ciudad europea. De esta forma vio la luz el modelo que se produciría desde el año 1966. Con varios cambios para esta empresa británica.

Para empezar se abandonó el chasis para pasar a usarse una carrocería autoportante con dos falsos chasis, adelante y atrás. El chasis delantero soportaba el motor, el embrague, la caja de velocidades y la suspensión delantera. El chasis trasero contenía el diferencial, los ejes oscilantes (tenía suspensión independiente) y la suspensión trasera. Hay dos dibujos que nos muestran cómo eran estos falsos chasis y los elementos mecánicos que soportaban.

Otra imagen del Rolls-Royce Silver Shadow en su presentación para la prensa especializada.

El nuevo Silver Shadow era 208 milímetros más corto que el modelo anterior. También era 99 milímetros más angosto y 106 milímetros más bajo. Estas medidas más chicas respondían a la concepción de hacer un automóvil más manejable en el tránsito moderno de mediados de la década del sesenta.

Así y todo el Rolls-Royce Silver Shadow no era un automóvil mediano, medía 5.170 milímetros de largo con un ancho de 1.800 milímetros y una altura de 1.520 milímetros. Lo que se dice un automóvil grande para los cánones del mercado automotriz argentino.

Pese a que tenía una carrocería autoportante no era un automóvil de fabricación en serie de grandes unidades. Todo lo contrario, la producción de la Rolls-Royce no superaba las 1.500 a 2.000 unidades anuales, lo mismo que la marca Bentley. También propiedad de Rolls-Royce desde hacía años.

Dibujos de las medidas internas y externas del Rolls-Royce Silver Shadow.

Lo que sí mantuvieron fue la construcción en aluminio de las puertas, la tapa del baúl y del capot. Para alivianar el peso final, que igual estaba en el orden de los 2.000 kilogramos, y prevenir la corrosión de esas partes de la carrocería.

Para evitar ruidos desagradables en el Silver Shadow los falsos chasis estaban unidos con arandelas de lana de acero, en cambio de goma. Los ingenieros de la Rolls-Royce descubrieron que era más aislantes. Además de no deteriorarse con el paso del tiempo como sucede con las arandelas de goma.

El motor era el mismo de 8 cilindros en V que se venía usando desde el año 1959 claro que con algunas modificaciones. Los cambios estaban en la cámara de combustión, en los pistones, por nombrar algunas, para reducir el ruido del motor. Un tema de preocupación de siempre de la empresa inglesa. Un dato notable: el caño de escape, para evitar la corrosión, era de acero inoxidable en toda su extensión.

Dibujo de la carrocería autoportante del Rolls-Royce Silver Shadow.

El motor V8 tenía una cilindrada de 6.230 centímetros cúbicos con un diámetro de los cilindros de 104,14 milímetros y una carrera de los pistones de 91,44 milímetros. Aunque, como siempre, la potencia y las revoluciones por minuto no se declaraban. La empresa Rolls-Royce decía que “la potencia era la suficiente”.

Aunque gracias a que existía un motor náutico, el mismo V8, tenemos que erogaba una potencia de unos 240 HP y unas 4.000 revoluciones por minuto. De esta manera tenemos una idea de alguna de las performances de este motor. Tampoco se especificaba la aceleración, que se estima como la de un auto deportivo, pero eran suposiciones de los periodistas especializados.

La suspensión delantera era independiente con triángulos superiores e inferiores con resortes helicoidales y amortiguadores coaxiales de gas de la marca De Carbon. Era la primera vez que la empresa Rolls-Royce usaba amortiguadores que no eran de propia elaboración. La suspensión trasera era de dos brazos con resortes helicoidales y amortiguadores de gas y era independiente con ejes oscilantes del diferencial.

Dibujos de las suspensiones trasera, arriba, y delantera del Rolls-Royce Silver Shadow.

Los frenos eran a disco en las cuatro ruedas. En las ruedas delanteras tenían dos pinzas y en las traseras una sola. Para evitar el chirrido de la pastilla contra el disco la Rolls-Royce realizó un canal al cual lo rellenó con un trenzadito de acero. Esta simple modificación impedía el clásico ruido de los frenos a disco.

Además el sistema hidráulico era triple. El primer circuito accionaba una de las dos pinzas de los discos delanteros y de las dos de los discos posteriores. Esto equivalía a un 46% del frenado total. Un segundo circuito actuaba sobre la otra pinza de las ruedas delanteras con un 31% del efecto frenante. El tercer circuito accionaba las pinzas traseras y era accionada por una bomba de frenos normal. Este circuito era el 23% del frenado.

Además contaba con una válvula sensible a la desaceleración. También le daba al conductor la idea de la intensidad de la frenada. Los otros dos circuitos independientes eran accionados por sendas bombas hidráulicas. Pero el sistema hidráulico era más complejo en el Rolls-Royce Silver Shadow de 1965. Porque además de asistir la dirección controlaba la compensación de la carga con un pistón especial accionado por aceite a presión.

Vano motor del Rolls-Royce Silver Shadow.

De esta forma cuando se abrían las puertas del Silver Shadow mantenía la horizontalidad para permitir el fácil ascenso y descenso de los pasajeros. Tres válvulas se encargaban de esta tarea. Una para el tren delantero y dos para el tren trasero. Como se ve el sistema hidráulico tenía gran complejidad.

La caja de cambios era automática de cuatro velocidades con unión hidráulica. En cambio la selectora de las posiciones era servo controlada eléctricamente con una palanca en la columna de dirección. Con lo cual no se requería esfuerzo para realizar la tarea. En caso de falta de electricidad había una abertura oculta debajo de la alfombra del tapizado. Ahí se podía introducir la palanca para accionar manualmente la caja de cambios.

El tanque de combustible tenía una capacidad de 109 litros y dos bombas eléctricas se encargaban de llevar la nafta hasta los dos carburadores S.U. El motor necesitaba de 8 litros de aceite, 13,6 litros de aceite especial para la caja de velocidades y 16 litros de agua y anticongelante para el sistema de refrigeración.

El diámetro de giro mínimo era de 11,4 metros y los neumáticos eran de la medida 8,45 x 15 pulgadas. La velocidad máxima, tampoco especificada por fábrica, se estimaba en los 190 kilómetros por hora, unos 10 kilómetros más que el modelo anterior de la Rolls-Royce.

Las fotos de los Silver Shadow, como el dibujo de las medidas internas y externas, me los proporcionó Iván Boiero Sutter, seguidor de Archivo de autos. En cambio los dibujos de las suspensiones, de la carrocería autoportante y la fotografía del vano motor las tomé de la revista Automundo número 39 del 22 de diciembre de 1965.


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Mauricio Uldane

Creador y editor de Archivo de autos

 

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