Mi papá compró un Gordini
usado allá por los ’70. El auto había recibido un mal trato en su carrocería,
pero su motor funcionaba a la perfección. Mi padre siempre había visto con
desconfianza a este producto de IKA (Industrias Kaiser Argentina SA).
Su juicio cambió cuando lo
manejó. El Renault Gordini era un auto ágil en el tránsito urbano, con buen
pique, fácil de colar en cualquier hueco por su reducido tamaño. Además doblaba
muy bien y la tenida era notable para un auto de su categoría.