sábado, 4 de julio de 2015

El Seven de Austin

En el año 1922 la empresa Austin Motor Company lanza un automóvil que sería el emblema de la marca inglesa por muchas décadas. El éxito alcanzado en ventas y popularidad se asemejan al Ford T de Estados Unidos. Claro que no alcanzaron la cifra en ventas del auto americano, pero la mística fue la misma para Gran Bretaña.


Austin Seven Top Hat saloon del año 1931.
Entre los años 1922 y 1939 se fabricaron 300.000 unidades del Austin Seven en Gran Bretaña. Lo que significó la motorización de las clases más bajas del país dado que su valor inicial de 225 libras, luego que sir Herbert Austin hiciera un viaje a Estados Unidos, bajó a 165 libras. Con lo cual por 20 a 50 libras más se podía comprar un auto chico en cambio de adquirir una motocicleta o un cyclecars.

Cuando sir Austin visitó Estados Unidos se puso al tanto de la producción en serie de los automóviles y eso logró bajar los costos de producción del Austin Seven. Un automóvil con un motor de cuatro cilindros en línea de una cilindrada de 696 centímetros cúbicos, que se serían llevados a 747 centímetros cúbicos en el año 1925, con un diámetro los cilindros de 54 milímetros y una carrera de los pistones de 76,2 milímetros. El reducido diámetro de los cilindros, para la época, tenía que ver que la taza fiscal tomaba en cuenta esta medida para gravar al automóvil.

La versión estándar, en el año 1922, era tourer de cuatro plazas abierta con parabrisas y capota. En las plazas traseras dos chicos iban cómodos, en cambio para dos adultos resultaban incómodas. Al Austin Seven se lo pensó como un automóvil chico familiar para transportar a los dos padres con dos hijos en la parte trasera.

Pronto el éxito de ventas se hizo notar con una producción de 200 ejemplares por semana para el año 1923. Con el aumento de cilindrada en el año 1925 el diámetro de los cilindros aumentó a 56 milímetros y el precio del chasis sin carrocería costaba 120 libras. Los Austin Seven con carrocería tourer pintado de color azul en horno valía 155 libras. En colaboración con Gordon England, carrocero y preparador de autos, aparecieron los Austin Seven deportivos que hasta lograron superar la valla de las 100 millas por hora (160,934 kilómetros por hora) en el famoso circuito de Brooklands con este nuevo motor.

Con el nombre de circuito inglés es que se denominó a la versión deportiva de Gordon England que se vendía a 265 libras y con un certificado de fábrica que le garantizaba a su dueño que alcanzaría las 80 millas por hora (128,747 kilómetros por hora).

La transparencia de este sábado es sobre el Austin Seven Top Hat saloon del año 1931. Casi similar al modelo del año 1922, salvo la ventaja de tener una carrocería metálica. Se pueden apreciar los órganos mecánicos, entre ellos el cardán y los frenos en las cuatro ruedas.

Pero el éxito de ventas y la alta popularidad solo fue un fenómeno de Gran Bretaña. Las licencias que se otorgaron para fabricar los Austin Seven en el extranjero no funcionaron. Así se los comercializó como Rosengart en Francia, Dixi y BMW en Alemania y Bantam en Estados Unidos. Pese a las adaptaciones locales fueron un fracaso de ventas. En cambio en su país de origen se creo una mística similar a la del Ford T en Estados Unidos. El dibujo de la transparencia fue tomado de la Enciclopedia Salvat del Automóvil editada en Madrid en el año 1974.

Mauricio Uldane
Editor de Archivo de autos

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