lunes, 29 de septiembre de 2014

Una cupé deseada, la Chevy SS

General Motors Argentina presenta en el año 1969 su modelo de cupé Chevrolet Chevy SS y enseguida los fanáticos de la marca la adoptaron de inmediato. Luego de 45 años, de transcurrido su lanzamiento en Argentina, sigue vigente y se convirtió en un clásico.

Chevrolet Chevy SS modelo del año 1971 testeado por la revista Parabrisas
Corsa. La fotografía es de la revista Parabrisas Corsa del 2 de febrero de 1971.


La cupé se presentó al público argentino con dos versiones de motor: 230 y 250 que corresponden a las pulgadas cúbicas de su cilindrada. Gracias a un road test de la revista Parabrisas Corsa nos acercaremos a la versión con el motor 250.

El más potente de los dos motores ofrecidos, de 6 cilindros en línea, era el de 250 pulgadas cúbicas, o lo que es lo mismo 4.097 centímetros cúbicos. Que ofrecía una potencia de 155 HP con una relación de compresión del orden de 8,5:1. Este motor era de 7 bancadas para su cigüeñal con válvulas a la cabeza.

El sistema de enfriamiento era por agua presurizado con circulación forzada mediante una bomba centrífuga con termostato. El radiador era del tipo horizontal con tanques verticales.

La caja de velocidades era de cuatro marchas, todas sincronizadas, hacia adelante y retroceso. La palanca estaba ubicada en el piso y las relaciones eran las siguientes: primera, 2,83:1; segunda, 1,85:1; tercera, 1,38:1; cuarta, 1,00:1 y marcha atrás, 3,15:1. El embrague era tipo monodisco seco con resorte tipo diafragma con un diámetro de 234,95 milímetros.

La Chevy SS de 1971 trepando en el road test de Parabrisas Corsa.
La fotografía es de la revista Parabrisas Corsa del 2 de febrero de 1971.

Los frenos eran hidráulicos con sistema de doble circuito con servo freno. Las ruedas delanteras eran a disco y las traseras con tambor con ajuste automáticos de la luz de la zapata. El circuito trasero poseía una válvula para balancear, automáticamente, el efecto de frenado entre las ruedas delanteras y traseras.

La dirección era del tipo de tuerca con bolillas reticulares semirreversible. Además contaba con la columna de dirección que se deformaba en caso de colisión. Para la época era el único auto argentino que montaba este tipo de columna colapsable, algo que hoy es común a cualquier vehículo. La relación de la dirección era de 24:1.

La suspensión delantera era independiente del tipo SLA (Short Long Arms, corta de brazos largos) con resortes helicoidales con amortiguadores hidráulicos de doble efecto. La suspensión trasera era del tipo Hotchkiss, es decir por medio de eje rígido, con elásticos longitudinales multihoja con amortiguadores hidráulicos de doble efecto.

El sistema eléctrico era de 12 volts de 55 amperes por hora y la batería se recargaba con un alternador de 12 volts, que oscilaba de los 5 amperes, 500 revoluciones por minuto, a los 42 amperes, a 3.500 revoluciones por minuto.

El interior de la Chevrolet Chevy SS modelo del año 1971 testeado 
por la revista Parabrisas Corsa. La fotografía es de la revista 
Parabrisas Corsa del 2 de febrero de 1971.

El eje trasero, el que traccionaba a la cupé Chevrolet Chevy SS, era del tipo Salisbury rígido semiflotante de corona y piñón hipoidales con una relación de 3,36:1.

Las dimensiones de la Chevy eran las siguientes: largo, 4.811 milímetros; ancho, 1.839 milímetros; trocha delantera, 1.499 milímetros y trocha trasera, 1.496 milímetros. El tanque de combustible presentaba una capacidad de 68 litros de nafta especial. Los neumáticos de hombro redondo de telas de nylon, sin cámara, era de la medida 7.35 x 14 pulgadas y estaban montados en las llantas ventiladas de la medida 10 x 5.5 JJ.

La carrocería autoportante de la Chevy tenía un semibastidor delantero donde se anclaba el motor y la suspensión. De esta forma la geometría de la suspensión se mantenía, pese a las peores condiciones, y se lograba una muy buena estabilidad y maniobrabilidad de la cupé.

Existía una ventilación en el torpedo y paneles inferiores de la carrocería, que mediante una toma de aire, por la cual también ingresaba agua, que al circular quitaba el polvo y la suciedad acumulada. Luego la corriente de aire secaba las superficies mejorando la corrosión de las partes. Una salida especial, ubicada en la parte trasera de los paneles de umbral, permitía el fluido del aire y el agua.

El volante deportivo de la Chevy. Se aprecia como quedaba 
oculto el cuentavueltas. La fotografía es de la revista 
Parabrisas Corsa del 2 de febrero de 1971.

El tablero del Chevy constaba de tres grandes relojes. El de la izquierda, del conductor, alojaba los indicadores de la temperatura del agua, la presión de aceite (manómetro) y el nivel de combustible. El reloj central era el correspondiente al velocímetro y los odómetros parcial y total. En cambio el de la derecha era el cuentavueltas, que por el tipo de volante, de rayos anchos y por su ubicación, era difícil de leer, según los periodistas de la revista Parabrisas Corsa que probaron el modelo del año 1971.

Algunas de las críticas que se llevó, por parte de los testers de Parabrisas Corsa, fue el cuentavueltas mencionado; los asientos delanteros por no tener regulación del respaldo; zonas ciegas a través del parabrisas; instalación eléctrica defectuosa; guantera de reducidas dimensiones; cinturones de seguridad insuficientes, solo traía de cintura y pedalera incómoda, por lo hundido del pedal del acelerador.

A su favor la Chevy ofrecía muy buenos frenos, que permitía detener el auto en trayectos cortos y derecho; una excelente aceleración, que era de 0 a 100 kilómetros por hora de 12,1 segundos; buen escalonamiento de los cambios y el mando de la caja de velocidades; doblaba sin vicios de ningún tipo; muy buena tenida en ruta a cualquier velocidad y sobre cualquier terreno; diseño logrado, aunque se le criticó la poca visibilidad para los pasajeros traseros; buena decisión de montar neumáticos sin cámara, que evitaban los clásicos reventones; muy cómoda accesibilidad a todas las partes del motor y muy buena aireación del habitáculo.

La capacidad del baúl de la Chevrolet Chevy SS modelo del año 1971 
testeado por la revista Parabrisas Corsa. La fotografía es de la 
revista Parabrisas Corsa del 2 de febrero de 1971.

Algunas de las performances obtenidas en el road test de la revista Parabrisas Corsa del 2 de febrero de 1971 fueron las siguientes: velocidad máxima 174,700 kilómetros por hora de promedio en dos pasadas en sentido contrario; aceleración de 0 a 100 kilómetros por hora 12,1 segundos; frenado de 140 a 0 kilómetros por hora 121,60 metros; consumo a 100 kilómetros por hora 9 kilómetros por litro y a 160 kilómetros por hora 5,4 kilómetros por litro.

Recuerdo que tendría unos 15 o 16 años cuando un médico homeópata le prestó una Chevy Serie 2 a mi amigo Jorge para que lleváramos a mi primo, también llamado Jorge, a un quiropráctico, un tal Malfatti, en San Miguel. El viaje era corto. Así los dos Jorges adelante y yo atrás en la Chevy. La primera impresión fue de encierro y hundimiento en la parte trasera. Algo de lo que manifestaron los periodistas de la revista Parabrisas Corsa. La otra sensación al poner el motor en marcha fue que delante del parabrisas había un león rugiendo.

Si mi memoria no me falla, a veces sucede, era de color amarilla. No han existidos muchos autos argentinos de ese color y menos aún en la actualidad. No se porque es resistido, pero para un auto que tiene veleidades de deportivo es un color apropiado a su espíritu. Lo cierto que ya estacionada en la calle la Chevy llamaba la atención, además era muy nueva.

Tres jóvenes arriba de ese auto lógicamente llamaban la atención en especial si era sábado a la noche. Ya sabemos lo de la fiebre y el baile. Lo cierto que no se pasaba inadvertido, unos 40 años atrás, a bordo de semejante auto. Recordé ese corto viaje hasta la casa del viejo Malfatti para arreglarle la pierna a mi primo Jorge. De repente tuve presente el rugido de los seis cilindros debajo del capot de la cupé amarilla.

Las fotos que ilustran esta nota sobre la cupé Chevrolet Chevy SS fueron tomadas de la revista Parabrisas Corsa del 2 de febrero de 1971.

Mauricio Uldane
Editor de Archivo de autos



Archivo de autos es armado en un ciber por falta de recursos económicos, no por una política editorial.

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