domingo, 22 de septiembre de 2013

El Mefistófeles de la FIAT

La historia de un automóvil de carreras que nació para un desafío. Nacido en Italia vio sus triunfos en otros países europeos. La transformación en el auto que llegó hasta nuestros días. Un FIAT de principios del siglo XX que nos sorprende por sus perfomances.


FIAT SB-4 de 1908. La foto es una gentileza de Viejas Automundo: http://viejasautomundo.blogspot.com.ar/


La empresa turinesa FIAT (Fabbrica Italiana Automobili-Torino) participó desde un principio en el automovilismo deportivo. Giovanni Agnelli creía que las competencias automovilísticas eran la mejor publicidad para los automóviles que fabricaban en Turín.

Durante más de 20 años los FIAT dieron batallas en diferentes países europeos e incluso en Estados Unidos. El criterio deportivo que impulsó, desde un comienzo, Agnelli se mantuvo hasta 1927 cuando la empresa FIAT se retiró de las pistas de carreras.

Felice Nazzaro era uno de los mejores pilotos que tenía la FIAT. El año 1907 fue glorioso para el piloto Nazzaro y para la marca turinesa. Así fue como el piloto inglés Selwin Edge lo desafió a una carrera de velocidad en el circuito de Brooklands ubicado a 32 kilómetros de Londres en Gran Bretaña.

Brooklands fue inaugurado el 17 de junio de 1907, cuatro años antes que Indianápolis en Estados Unidos y cinco años antes que existiera el circuito de Monza. Básicamente el circuito fue construido por H. F. Locke King para subsanar una ley británica que obligaba a los automóviles a circular con un hombre adelante agitando una bandera roja. Esto tiene una explicación y era que las primeras carreras ruteras habían producido muertes en las competencias realizadas.

La empresa FIAT no aceptó la invitación dado que los costos de construir una máquina para batir un récord eran muy altos. Además se necesitaban varios meses para realizar el proyecto. Por otra parte la empresa de Turín había logrado cerrar contratos de ventas de automóviles con Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia. Eran Los primeros contratos de importancia y además estaban en vías de exportar los taxis FIAT de 60 HP.

Pero Selwin Edge siguió insistiendo con su desafío a bordo de un automóvil Napier. El piloto británico era parte del equipo de competencia de la afamada marca inglesa. Edge redobló el desafío convencido de su segura victoria y se ofreció a comprar el auto que FIAT construiría, con la condición que lo manejara Felice Nazzaro.

La FIAT aceptó y en tiempo récord tuvo listo el SB-4. El auto fue dotado de un motor bi-bloque de cuatro cilindros en línea con una cilindrada de 18.146 centímetros cúbicos con una potencia de 175 HP a 1.200 revoluciones por minuto. El diámetro de los cilindros era de 190 milímetros y la carrera de los pistones de 160 milímetros. La transmisión era por cadena, una por lado del automóvil.

La idea del desafío era dar 10 vueltas al circuito de Brooklands sumando un total de 44,360 kilómetros. Una multitud asistió a la fecha estipulada para ver la carrera entre los dos automóviles. Los apellidos de los pilotos habían sido los convocantes del público asistente ese 8 de junio.

Al mando del Napier se encontraba F. Newton, que reemplazó a Selwin Edge, el joven piloto había logrado llevar al Napier a los 200 kilómetros por hora. Nunca quedó en claro porqué Newton manejó el Napier en cambio de Edge. La carrera se largó con los dos pilotos como únicos competidores. Newton forzó la marcha y tomó la punta en la primera vuelta.

Las cosas se plantearon así y el Napier le sacó 300 metros al FIAT. Todo parecía dicho. Hasta que Nazzaro empezó a imprimirle más potencia al FIAT. A todo esto el Napier circulaba a 180 kilómetros por hora. En la tercera vuelta Nazzaro pasa al Napier. Ante la situación Newton comienza a exigir al Napier. Al rato el Napier comienza a dejar una estela de humo negro por su caño de escape. Un pistón cedió ante el esfuerzo a que fue sometido el motor.

Fin de la carrera para el Napier. Sin embargo Nazzaro y su FIAT SB-4 completaron las 10 vueltas estipuladas por Selwin Edge en el desafío. El promedio de Felice Nazzaro fue de 152,155 kilómetros por hora logrando el récord de Brooklands en 193 kilómetros por hora.

Luego de finalizada esta competencia el SB-4 no fue visto en Gran Bretaña hasta después de la Primera Guerra Mundial. Donde corrió en una competencia en el circuito de Brooklands. Para 1921 el auto es comprado por John Duff que logra modificar el motor colocando pistones especiales que le permitían tener una mayor compresión. La prueba fue una larga carrera que se corrió en Gran Bretaña en el día de Pentecostés de 1922.

Pero la estructura del bloque del motor no soportó el excesivo esfuerzo y dos cilindros posteriores salieron del cárter. Ese parecía el fin ese FIAT glorioso, pero al año siguiente reapareció en la pista que lo había visto vencedor: Brooklands. Sir Ernest Eldridge había comprado el FIAT SB-4 y lo había transformado en otro auto.

Sir Ernest Eldridge al mando del FIAT Mefistófeles en 1923. La foto es una gentileza de Viejas Automundo: http://viejasautomundo.blogspot.com.ar/

Para eso le alargó el chasis ya que le colocó un motor de aviación FIAT A 12 Bis de 21.700 centímetros cúbicos de 300 HP. Dicho motor lo rescató, Eldridge, de materiales de rezago que había quedado luego de finalizada la Primera Guerra Mundial. También puso un radiador especial y en la parte posterior le colocó una cabina para dos plazas. La cola, ahora, era muy corta que terminaba muy cerca del eje trasero.

El 28 de junio de 1923 aparece el SB-4 modificado en el circuito de Brooklands donde logra una velocidad de 124,320 millas por hora (200,074 kilómetros por hora). Tal vez a partir de esta carrera es que se lo comienza a llamar Mefistófeles. Participó en varias competencias en suelo británico hasta que Eldridge lo lleva a Arparon en Francia con la idea de batir un récord mundial de velocidad.

Así lo hace el 12 de julio de 1924 en Arparon cerca del circuito de Monthéry, Francia, donde en el kilómetro lanzado logra la velocidad de 234,980 kilómetros por hora en 15 segundos y 32 centésimas. Así el FIAT Mefistófeles entra en los récords mundiales de velocidad. Eldridge siguió corriendo con el auto tanto en los circuitos de Brooklands como Monthéry hasta 1926 donde lo vende a Le Champion.

Hasta 1947 se pierde el rastro. En aquel año C. E. Taylor de Manchester, Gran Bretaña, encuentra el auto. Lo compra y trata de restaurarlo. No fue una tarea fácil y si no hubiera contado con la ayuda de Gresham y Briggs no hubiera podido restaurar el Mefistófeles.

El Mefistófeles restaurado luego de la Segunda Guerra Mundial.
La foto es de la Enciclopedia Autorama de 1968.

En 1962 el FIAT Mefistófeles volvió a Italia para intervenir en la IV Copa Monza para automóviles de época piloteado por Gresham, donde alcanzó la velocidad de 150 kilómetros por hora.

Las fotografías nos atestiguan la transformación que sufrió el FIAT SB-4 desde 1908 hasta su transformación en el Mefistófeles. Incluso las fotos más actuales, que son de 1968, nos muestran algunos cambios respecto de la versión de 1923.

El puesto de mando del Mefistófeles restaurado. 
La foto es de la Enciclopedia Autorama de 1968.

Lo curioso del SB-4 es que fue fabricado en Italia y todos sus grandes victorias fueron fuera de la península. Sus mayores logros los obtuvo en Gran Bretaña y Francia. El esfuerzo de los amantes de los viejos fierros lograron restaurarlo para que las nuevas generaciones del siglo XXI puedan apreciar este auto que fue imponente en su época. Por eso el segundo nombre que tuvo.

Para aquellos que no conocían la historia del FIAT Mefistófeles habrán descubierto que no nació con las líneas con las cuales trascendió hasta nuestros días.

Mauricio Uldane
Editor de Archivo de autos


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